Unos fuertes aliados para los huesos y el sistema cardiovascular: Vitamina D3 y K2
Las vitaminas D y K2 trabajan sinérgicamente para asegurar una buena salud ósea, ya que juntas garantizan que el calcio se incorpore a los huesos y no se deposite en los vasos sanguíneos. La vitamina D ayuda a mantener constantes los niveles de calcio en la sangre, y la vitamina K2 permite el transporte eficaz del calcio desde los vasos hacia los huesos. Ciertas proteínas, como la osteocalcina y la proteína Gla de la matriz, cuya activación requiere vitamina K, fijan el calcio y favorecen así la mineralización de los huesos. Este proceso ayuda a proteger los vasos y los tejidos blandos de la calcificación, lo que en última instancia se asocia con un menor riesgo de fracturas óseas y enfermedades coronarias. La vitamina K, gracias a su papel en la mineralización ósea, protege frente a condiciones como la osteoporosis, la artrosis de rodilla o la arteriosclerosis.
En los deportistas, la vitamina K2 la ingesta de vitamina K2 también parece ayudar a combatir los calambres musculares . Un estudio con atletas destacó un aumento significativo del gasto rendimiento cardíaco después de 8 semanas de suplementación de vitamina K2: según los autores del estudio, un aumento correspondiente sin vitamina K2 adicional sólo se habría logrado después de 6 a 9 meses de entrenamiento continuo.
En conclusión: se ha hecho hincapié específico en los atletas profesionales con los estudios existentes al respecto pero es aplicable a la población general: un suministro óptimo de estos tres nutrientes vitales mantiene la salud de los huesos, la función muscular y el sistema cardiovascular.

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